Solo hay un lugar en la tierra donde crecen los árboles de marula: las llanuras subecuatoriales de África. Además, solo hay una época del año en la que los árboles de marula producen sus exóticos frutos: durante el apogeo de nuestro precioso verano.

Del tamaño de una pequeña ciruela, pero de forma ovalada, el fruto madura hasta alcanzar un intenso color amarillo y la dura piel exterior rodee su fibrosa pulpa blanca. Con un contenido de vitamina C cuatro veces superior al de la naranja, la marula es una fruta jugosa con un sabor cítrico y cremoso que recuerda al de un fruto seco.

Las pruebas arqueológicas realizadas sobre el fruto de la marula se remontan a hace 12.000 años, y se han encontrado restos de granos de marula en la antigua cueva de Pomongwe, en Zimbabue. La semilla lisa y de color marrón claro que contiene cada fruto de marula protege sus pepas ricas en aceite, que son una excelente fuente de nutrientes y tienen propiedades antioxidantes e hidratantes.

Los árboles de marula no se pueden cultivar. Por mucho que la gente lo haya intentado, estos misteriosos árboles africanos se mantienen robustamente fieles a sus raíces terrestres y crecen solo donde ellos deciden. Solo una vez al año, en pleno verano, los árboles de marula nos ofrecen su fruto sagrado.

Cuando el aroma de la marula madura embriaga el aire, los elefantes recorren grandes distancias para probarla. Esta es nuestra señal para comenzar la cosecha. Las comunidades locales son parte integrante del proceso y recolectan cuidadosamente los frutos a mano una vez que los elefantes han levantado las trompas en señal de aprobación.

La narración de historias siempre ha sido fundamental en las culturas africanas. El árbol de la marula, fuente de varias leyendas fascinantes, se ha convertido en una parte sagrada e intrincada de las antiguas culturas africanas. Los lugareños han venerado estos árboles durante siglos y se refieren a ellos con diversos nombres.

Como los elefantes recorren kilómetros para disfrutar estos frutos silvestres, los lugareños lo llaman «el árbol de los elefantes». El folclore africano también se refiere a él como «el árbol del matrimonio». Además de servir como precioso dosel nupcial natural, se le atribuyen propiedades afrodisíacas y forma parte de los ritos tribales de fertilidad. La maduración del fruto de la marula en verano coincide con grandes celebraciones en muchas partes del sur de África. En Esuatini, por ejemplo, se celebra anualmente el Festival de la Marula en la residencia real del rey, lo que refuerza la creencia de que el fruto de la marula es digno de reyes y reinas.

Al igual que los elefantes, los árboles de la marula están protegidos por la legislación sudafricana. Son una parte fundamental del patrimonio africano y no pueden cultivarse para el comercio. Sin embargo, la fruta se comercializa a través de varios productos naturales. Por supuesto, uno de ellos es Amarula.